25 de febrero de 2011

Huella de Carbono, ley Grenelle II y el nuevo consumidor


Este año 2011 todos los exportadores latinoamericanos deberían tener sus ojos puestos en Francia, ya que se debería emitir el reglamento de la ley Grenelle II, la cual obligará a todos los exportadores a informar a sobre la huella de carbono de cada uno de los productos que ingresen a ese país. ¿Y qué es la huella de carbono? Según Carbon Trust, entidad gubernamental del Reino Unido, es "la totalidad de Gases Efecto Invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto".
De esta forma todos los productos que quieran ingresar a Francia deberán comunicar en su envase explícitamente cuanto GEI generaron en todo el ciclo de vida del producto, midiendo la generación de emisiones directa e indirecta, incluyendo los 3 alcances (o scope) del proceso definidos por el Greenhouse Protocol. Estos alcances incluyen las emisiones de: la materia prima, la producción del producto, la distribución, el consumo y el posterior desecho o reciclaje de este. Para ejemplificar este proceso usemos el caso del vino chileno, uno de nuestros principales productos de exportación a Europa, y que en la medición de su huella debería incluir, al menos, las emisiones de GEI de su materia prima como vidrio y etiquetas, las emisiones generadas por sus viñedos, la energía usada para todos sus procesos productivos, las emisiones de los viajes de sus ejecutivos y distribuidores, el viaje del producto para llegar a su destino, el proceso de almacenaje, de venta y luego del reciclado del envase (tanto la caja como el vidrio). El detalle de los procesos a medir es mucho más extenso y está explicado en detalle el cómo, el qué y cuándo medir en las metodologías más utilizadas en los países destino (PAS 2050 y Greenhouse Gas Protocol), los cuales se convertirán en exigencia en Francia a partir del próximo año. Y este país no está sólo en este contexto, con toda seguridad prontamente se sumará UK y la comunidad Europea. USA está un poco más atrás ya que el presidente Obama está lidiando con muchos problemas internos para imponer su agenda verde comprometida en campaña. Se espera que dentro de los próximos años más del 50% de los mercados destinos de las exportaciones Chilenas tenga regulaciones para el etiquetado de la huella de carbono, panorama que se repite en Latinoamérica, región exportadora de materias primas a los países Europeos.

En este proceso de medir y explicitar la huella de Carbono, Francia liderará un proceso mundial de transparentar el real efecto en el medioambiente de los miles de productos consumidos por los países desarrollados, muchos de los cuales son producidos en países intensivos en carbono, tal como lo es el caso de Chile. Así se busca que un nuevo consumidor, más informado y con una clara conciencia ecológica, premie a los productos que realmente trabajan para ser más amigables con el medioambiente. Este atributo de amigable con el medioambiente comienza a convertirse en un pilar de diferenciación, donde los productores lucharán por minimizar sus GEI y si es posible compensar lo restante, comunicándolo abiertamente a estos nuevos consumidores, quienes lideran el proceso de cambio sociológico de la sociedad hacia una economía verde. Estudios británicos (Ethical Consumerism Report 2009, The Cooperative Bank ) demuestran que en los últimos 10 años ha existido un cambio radical en el comportamiento de estos nuevos consumidores donde la elección de un producto en más de un 60% se debe al comportamiento o conducta de la compañía, y que recomendaran estos productos a amigos en más del 68% debido a este mismo atributo. El consumidor esta dispuestos a comprar, y por un precio mayor al promedio, productos que sean éticos con la sociedad y el medioambiente. Más información sobre este estudio en
http://www.goodwithmoney.co.uk/ethical-consumerism-report-09/
 

Con estos resultados la reputación empresarial se convierte en un keypoint dentro del proceso cognitivo del proceso de compra y las empresas deben darse cuenta de esto. Y ya no es solo declararse verde o amigable con el medioambiente, el famoso "greenwashing" que muchas empresas han encargado a sus departamentos de marketing sin involucrar a otras áreas. Ahora con el etiquetado de carbono existirán datos cuantificables de cuantas emisiones de GEI existe por cada tipo de producto (e incluso por cada envase que tenga un mismo producto, cosa de ver la cantidad de envases de Coca Cola, donde cada uno tendrá una huella de carbono distinto). La empresa deberá generar una reingeniería en sus procesos, modificando sustancialmente la cadena de valor, crear una cultura verde dentro de esta y estar verdaderamente preocupados de la sustentabilidad de todos sus procesos productivos para poder alcanzar la anhelada elección y fidelización del cliente. El nuevo consumidor podrá comparar abiertamente la sustentabilidad de cada producto, realizando rankings de emisiones en cada categoría, donde para la elección del producto se sopesara el precio, la calidad y la cantidad de emisiones de CO2. El nuevo consumidor también podrá saber cuánto son sus emisiones de GEI en sus compras e incluso luego podría el mismo compensar en bonos de carbono y poder ser un consumidor Carbono Neutral. Tal vez en un futuro próximo podríamos ir a un supermercado o retail y que al entregarnos nuestra cuenta nos den el precio total de la compra, las emisiones de esta y la posibilidad de compensarlas en el acto con, por ejemplo, alguno de los proyectos eólicos que se construyen en la región.

Lo importante es que el nuevo consumidor es el que tiene el poder de decisión y el que va a obligar a las empresas a replantear sus estrategias de posicionamiento. El nuevo consumidor es el que obligará a las empresas a exigir la descarbonización de la matriz energética para ser competitivos en una "green economy". Es el nuevo consumidor el encargado de exigir el etiquetado de la huella de carbono. Todos nosotros somos los llamados a convertirnos en estos nuevos consumidores, que a través del simple hecho de elegir un producto,  el gran poder que nos ha entregado la economía de mercado, podremos contribuir a un medioambiente más amigable, sustentable para lograr la meta de 450 partes por millon de CO2, límite impuesto por la ONU para minimizar los efectos del calentamiento global y seguir disfrutando de un mundo similar al que conocemos.



Links

www.reducetuhuella.org

www.carbontrust.com

www.ghgprotocol.org/

www.ademe.fr

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísima tu columna, muy ilustrativa y el tema demasiado interesante. Saludos!